Pablo, nació en el año 7-10 después de Cristo en Tarso de
Cilicia (actual Turquía), ciudad comercial y con alto nivel cultural, donde pasó
la niñez. Era de la tribu de Benjamín y ardoroso fariseo.
En sus epístolas se llama Pablo, pero parece que antes de su
conversión prefería llamarse Saulo. En su epistolario muestra dominar el griego,
tiene gran facilidad de lenguaje y de expresividad. De joven debió ser muy aficionado
a las pruebas atléticas, pues son frecuentes las comparaciones y el lenguaje
atléticos para ilustrarla doctrina espiritual.
En el año 30 siendo todavía joven acudió a Jerusalén,
probablemente para formarse como rabino. Frecuentó la escuela de Gamaliel. Como
era costumbre entre los rabinos, Pablo ejerció un oficio: fabricante de tiendas
de campaña. Durante sus estudios rabínicos en Jerusalén, se muestra decidido
perseguidor de los cristianos y toma la iniciativa de extender tal persecución
entre las juderías de Damasco.
En el año 34-36 cuando se acercaba a esta ciudad, con
poderes de los sumos sacerdotes para arrestar a los cristianos, se le apareció
Jesucristo resucitado ante cuya visión, se produce la ceguera visible y la
rendición de Saulo, convencido de su actitud errónea. Inmediatamente fue conducido
a Damasco e instruido por Ananías. Recobrada la vista y las fuerzas y bautizado,
se puso a predicar la misericordia y las maravillas de su vocación divina y a
testificar que Jesús, era el Mesías e Hijo de Dios, que se la había aparecido realmente
en el camino de Damasco.
Es probable que Pablo, realizara hacia el año 63-64 el antiguo
proyecto de predicar el Evangelio en España.
La tradición cristiana, desde sus orígenes, ha reconocido la
paternidad de San Pablo sobre catorce de las veintiuna epístolas que incluye el
Nuevo Testamento. En cuanto a número de escritos, Pablo es el hagiógrafo más
prolijo; sin bien, San Juan con tres géneros de escritos (Evangelio,
Apocalipsis y tres Epístolas) es más diverso, y San Lucas, con sólo el
Evangelio y el libro de los Hechos es el que ha escrito mayor número de páginas.
Los escritos de San Pablo son cartas en cuanto mantienen un
tono familiar, con los saludos, despedidas, recomendaciones, etc.; y epístolas
en cuanto contienen enseñanzas doctrinales más o menos desarrolladas, fueron escritas
probablemente entre los años 50 al 66-67.
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