Me he presentado ante vosotros débil, y con temor y mucho temblor (86), y mi mensaje, y mi predicación, no se han basado en palabras persuasivas de sabiduría, sino en la manifestación del Espíritu y del poder (87), para que vuestra fe no esté fundamentada en sabiduría humana, sino en el poder de Dios (88).
(86) I Cor 2, 3
(87) I Cor 2,4
(88) I Cor 2, 5